Era tarde, no ibamos a vernos, tenias trabajo, pero llamaste y me diste la dirección de un lujoso hotel del centro.
Me esperabas en el hall, parecías cansado, pero tu mirada hambrienta recorrió mi cuerpo, que se excito al instante.
Me cogiste del brazo y me llevaste al ascensor, te colocaste al otro lado más alejado, sin robarme, solo tus ojos lo hacían.
Al entrar en la habitación, me extraño ver dos mullidas camas y no una.
Te desnudaste y te tumbaste en la cama:
-desnudate, solo déjate las bragas...estoy cansado
Hice lo que me pedias y me senté a tu lado en una de las camas.
- voy a dormir un rato...crees que quiero hacer cucharita
Me dijiste mientras intentaba acostarme a tu lado.
-tumbate en la otra cama, boca abajo, no quiero que te muevas, ni hables...
Debí dormirme, porque me despertó tu mano en mi cara, pegando esta a la almohada de lado.
-abre la boca
Y metiste tu polla aún blanda dentro, no debía moverme, ni chupar...lo sabía
Tu otra mano arañó mi espalda hasta llegar donde esta pierde su nombre y entonces llegó el primer azote...
Díez azotes después, mi culo ardía y tu polla había crecido en mi boca quieta aún, pero llenándola.
Apenas podía respirar cuando empezaste a follarte mi boca, a meter el pulgar en mi culo y el resto en mi coño, con dureza, casi golpeándome.
Al rato me dolia la mandíbula pero tu seguias follandote mi boca sin piedad.
Tu dedo abandono mi culo, solo estabas machacando mi coño, un dedo, dos, tres, cuatro...saliste y cerraste metiendo la punta de todos, saliendo...un poco más...me dolia, me abres cada vez un poco mas...
Tu polla temblaba en mi boca cuando me dijiste:
- ni te muevas, ni te corras sin mi permiso zorra.
Sacaste la polla, metistes más tu mano, me cuesta la vida controlar mis espasmos y entonces golpeaste con tu polla mi cara, te la meneabas y gritabas corriendote, llenando mi cara, mi pelo.
Lloriqueaba al borde del orgasmo cuando me decias:
- No lo hagas, ni te corras, ni te limpies
Abandonaste mi coño y volvistes a tu cama, a oír como lloriqueaba loca por correrme.
Volví a quedarme dormida y desperté con tu peso en mis espalda, cerraste mis piernas y abriste las tuyas.
Noté tu semen seco en mi cara, cuando tu polla se abria camino en mi culo, separaste mis cachetes, escupistes y seguiste entrando, sin piedad, sin prisas, sin pausa.
Te quedaste quieto dentro de mi y gritaste:
-Mirame!
Y girando la cara te mire, me agarraste de los hombros, entrando más en mi culo y dejaste caer saliva en mis labios
Me apretaste tanto contra el colchon que apenas podia respirar...empezaste a taladrar mi culo, cada vez más deprisa, más duro, más dentro...
Metiste ambas manos entre el colchón y mi coño y separaste los labios de mi sexo.
-Frotarse zorra, solo así puedes correrte ahora...vamos!!
A cada roce abrias más mi carne con tus manos y mi culo con tu polla.., hasta que todo se nubló
Tú polla tembló, el calor de tu semen inundó mis entrañas, mientras me corría como una posesa. Entre la neblina del explosivo orgasmo, noté tus dedos rozando mi clitoris, y antes de bajar a la tierra me masturbaste hasta un nuevo orgasmo, mientras suplicaba que me penetraras, cosa que no hiciste ni a la tercera corrida con el frote, en la que caí rendida.
Me despertó la luz del amanecer y te vi desnudo en tu cama, duro...dormido.
Me dolia todo, me ardía el culo por dentro y por fuera, tenía tu semen reseco por todo el cuerpo y mi sexo palpitaba, necesitaba tu polla.
Intente no despertarte, subí a tu cama, puse un pie a cada lado de tus caderas, agarré tu polla dura y baje mientras te despertabas.
-necesito ir hacer pis
Dijiste con voz ronca
-haz lo que tengas que hacer, pero no voy a parar, y de un solo moviento de caderas me clavé tu polla, me agarré al cabecero, me balancee apretando tus pelotas y te folle, subía y bajaba, rotaba, aceleraba y deshaceleraba...tu gemias, te retorcias y gruñias
-vamos cabron, me vuelves loca
Más de una hora después flotaba con una esponja tu espalda, pensando en lo mucho que te amaba.