jueves, 21 de marzo de 2024

Sueños


 

Frio


 

Culpa

 


Tu mesa (5)


 No se cuanto tiempo llevo sentada en el parquet a tus pies, con la cara apoyada en tus muslos y llena de tu semen. Noto tus lánguidas caricias en mi pelo pringado, tu respiración acompasada ya... aunque se dos cosas: que no estás finiquitado y que esto no ha acabado aún.

 Te das cuenta que he salido de mi ensoñación, dejas las caricias, me apartas ligeramente y te levantas. Aún llevas puesta la camisa y te quitas la corbata.

-vamos levantate, mi pie es testigo de tu nueva desobediencia 

Haces que junte las manos y las atas con tu corbata, me llevas ante la puerta del baño, subes mi manos por encima de mi cabeza, entreabres un poco la puerta, pasas el extremo de la corbata por arriba de la puerta y cierras, haciendo que esta quede pellizcada y atrapada.

Me duelen los hombros del cansancio muscular y la postura, pero estar atada a tu merced vuelve a calentarme.

Te preparas un copazo  mirándome, te sientas frente a mi y bebes un trago, lo saboreas... 

Vuelves a la mesa y regresas con las pinzas, se donde van, antes de que tus dedos pellizquen mis pezones y tras otro trago sacas un hielo y lo frotas, noto como se endurecen, el coño me arde,  escuece...muerdo mis labios cuando noto la presión de las pinzas, no debo gritar...duele, me mojo...

Sacas el otro hielo,  separas mis piernas con tu pie y lo metes dentro...el frío arde, noto como se funde, el calor del alcohol...tus dientes mordisquean mis pezones, de repente todo mi cuerpo se vuelve más sensible, siento cada roce el doble,  mi sexo, mis pechos...

Una palmada seca en mi pubis, gimoteo y me ganó otra, grito y otra...

-separa las piernas 

Tiemblo, pero obedezco y la siguiente golpea mi vulva, dos más y un dedo la recorre, tiemblo de placer y dos azotes, con caricia final...vuelvo a estar completamente entregada.

Me ayudas a que me de la vuelta sin soltarme, te colocas detrás y me aplastas contra la puerta, la babeo cuando presionas mis omóplatos y aplastas mis tetas, se clavan las pinzas, roza el pezon la madera y aullo, tu mano baja costillas abajo y azotas mi culo, mientras muerdes mi nuca, dejas caer saliva, la siento recorrer mi espalda, más de todo, azotes, mordiscos, saliva...

Joder tu polla vuelve a estar dura, te excita mi obediencia y castigarme, metes por detrás un dedo en mi vagina, duro, rápido, entras sales lo empapas y llevas a mi culo y me penetras una y otra vez, no se cuanto tiempo pasa, me cuesta demasiado controlar el placer de ser tuya cuando noto tu polla entre mis piernas,  tiras de mis caderas, me pongo de puntillas y grito cuando entras, salvaje, duro...espino el culo y tu no paras, me golpeó contra la puerta, mis pechos mandan descargas de placer a mi sexo, entras y sales...bruto, apenas puedo contener el orgasmo cuando paras, sales, apuntas y tu polla se abre espacio en mis entrañas  me pongo más de puntillas, subo el trasero, entras, entras....

Muerdes mi nuca, mis hombros...estas furiosamente excitado, perdiendote...

Lo controlas en el último instante controlable, sales, abres un pelin la puerta y me sueltas, acercas la silla del escritorio, la subes al máximo, me arrodillas cara al respaldo, y de nuevo me penetras por detrás salvajemente, grito y eso te hace darme más rápido, más duro...

-dime que pare -me sugieres-

Ambos sabemos que no lo haré y no paras, jadeas, aullas

Tiras de las pinzas y las quitas, haces que mis pezones restriegen la piel de la silla, no puedo, no puedo suplico cuando oleadas de placer recorren mi cuerpo hacia el sexo, por favor gimoteo

-hazlo

Y empujas más duro que nunca, me empotras contra el respaldo y muerdes mi nuca...paras y el mundo se mueve bajo mis pies en un orgasmo que se multiplica millón, cuando tras un alarido te vacías quieto y temblando dentro de mi.

Mis muslos gotean tu orgasmo, mientras me llevas a la ducha unos minutos después y enjabonas mi pelo  mis pechos aún sensibles...no hay rastro de fiero deseo cuando me secas y me dices al oido:

-eres MIA, amor


Tu mesa (4)

 Te miro con los pantalones aun puestos, intentando respirar con normalidad y se que estas en ese momento que tu cuerpo se repone, pero tu mente sigue tan caliente como al principio, es el momento de demostrarte que se lo que necesitas y deseas.

Arrodillada sin dejar de mirarte te quito el pantalón, me siento sobre mis talones y te quito un calcetín, sin dejar tus ojos subo el pie, saco la lengua y la paso plana por la planta, tu entrecierras los ojos cuando notas la caliente humedad de mi lengua, que resbala camino a tus dedos, por debajo lamo, te miro, humedezco y meto el dedo gordo en mi boca,  succiono, lamo y hago lo mismo con el resto, un gruñido se escapa de tu boca y abandono dedos para lamer devota el empeine antes de llevarlo entre mis piernas, donde se que mantendrá la humedad caliente.

Cojo el otro y le ofrezco el mismo trato, pero esta vez no paro en el empeine, mi lengua sube por tu pantorrilla, por la.cara interna de tus muslos, te miro y mordisqueo tu piel suave, lamo e intensificó la mordida...el otro y subo a tus ingles, mojo tu piel sin dejar de mirarte a los ojos, necesito ver tu placer en ellos...

A llegado el momento de prestarle atención a tus huevos, saco aun más la lengua y los lamo desde abajo, los meto en mi boca y succiono suave, uno, otro y ambos...veo en tus ojos lo que tu polla me confirma, has vuelto, o quizás nunca te has ido.

Me aparto un poco y desde arriba dejo caer saliva y tu sigues el recorrido, antes de sentir la humedad, que baja por tu perineo y entonces mi lengua sigue el rastro hacia abajo, lamo con devoción mientras agarro tu falo más que dispuesto y lentamente lo acaricio.

-más-susurras-

Mis dedos de una mano juegan con tus huevos con la otra sigo acariciandote mientras saco la lengua y por debajo lamo el capullo, chupeteo y tu gimes cuando atrapo la punta y succiono, ahora con dureza, hago un anillo con mis dedos y aprieto bien donde la base de tu polla se une a tu cuerpo y empiezo a lamer  chupar y succionar cada vez con más dureza solo tú capullo. Tu polla se hincha, mis dedos retienen y trago media, reculo y vuelvo una y otra vez, cada vez recorro un poco más hasta abarcarla toda, entonces te miró y mis ojos te piden más, tus manos agarran mi cabeza y cuando estás dentro del todo, empujas hacia tu pubis, pego la lengua al tronco y llegas a mi garganta, me lloran los ojos, apenas puedo respirar y sueltas, cojo aire y de nuevo, tu gruñes, solo te frena la presion de mis dedos. Se que estas a punto, no paro, me miras y liberó la presión. Tras un aullido te viertes en mi garganta, retrocedo y en mi boca, lamo la punta y terminas en mi cara, en mi pelo...

Te enseño tu corrida en mi lengua y jadeas aun temblando, viendo como me relamo, frotando mi sexo en tu pie, mientras me corro de nuevo...



Continuará 

Tu mesa (3)

... Se que tras el placer vendrá el castigo a la desobediencia lo que no tengo claro del todo es de si es un castigo...

Me ordenas que me siente en la mesa, tras un movimiento brusco en el que apartas todo. Obedezo aún temblando miéntras colocas mis pies sobre tus rodillas tras sentarte.

-no vuelvas a correrte sin mi permiso

Y entonces vuelves a devorarme... tu boca salvajemente hambrienta no busca acariciar, tus dientes muerden mi carne...con la justa medida para no dañar, tu poder es mantener la.cordura dentro de la locura que es el sexo entre nosotros. Dueles, arde, humedecer y enloquezco, clavo mis uñas en la palma de mis manos intentando no moverme, no chillar y sobre todo controlar el placer que el dolor me produce cuando muerdes la cara interna de mis muslos y me abres para lamer, succionar y finalmente penetrar con dos, tres y cuatro dedos...

Tu lengua, tus dientes, tus dedos despiados hacen que suplique un por favor al que respondes con una negación. El tiempo se para cuando tus dedos húmedos de mi buscan otros huecos tras tu lengua, un dedo, un jadeo, dos, me retuerzos, sales y lames en círculos mi cueva más estrecha y de nuevo la asaltan con tus dedos, mientras tu boca repasa una y otra vez mis labios doloridos e hinchados.

Sacas los dedos, he oído el cajón y...es tu vela de la suerte empujando, llenando mi estrechez, despacio, hasta el fondo...

Te pones en pie y caen mis piernas, entra un poco más cuando tu polla penetra mi vagina encharcada...

-Por favor -sollozo-

Sonríes malévolamente y empiezas un vaivén descabellado, se nubla mi mirada, cada vez más dentro, sales casi por completo, entras ferozmente, siento la doble penetracion, me retuerzo, suplico...no se cuanto tiempo pasa, tus jadeos me enloquece, tiemblan, rodeo tus caderas, te atraigo, subo, me aferro y aullas vaciandote en mi mientras gritas un ahora, primer chorro, estallo, segundo y tercero gritamos al unísono mientras nos corremos, muerdo tu boca y tu me devuelves cada muerdo hasta no poder más...

Solo entonces sales, apenas te veo sentar entre la neblina y oigo tu voz a lo lejos...

-ven perrita, ya sabes cual es tu deber

Dices con voz ronca mientras me arrodillo entre tus piernas...


Continuará 

Tu mesa (2)

 ...y es entonces cuando se reafirma esa delgada línea que separa el dolor del placer y que tu mano consigue difuminar en cada azote.

Mi piel arde, mi cuerpo tiembla, cuando apartas mi pelo y noto tu lengua en mi nuca bajar por mi columna hasta donde esta pierde su nombre y vuelves a subir, de desvias a mi hombre, me aferro, se lo que viene antes de notar tus dientes clavarse, marcarme...

Mi sexo palpita, tus manos recorren mis costillas, aferran mis caderas y me creas una necesidad imperiosa de tu polla.

Como si leyeras mi mente, oigo como te deshaces del cinturón, el botón...

-quieres esto verdad zorra?

Apenas puedo respirar, tu sexo caliente entre mus piernas, rozas con el bálano la entrada, aferras fuerte, tus dedos se clavan en mi carne y de un solo golpe de caderas llenas el vacío que creas.

Aullas y te quedas quieto, se que no debo moverme, pero me cuesta la vida, sales a mitad y vuelves a entrar, profundamente duro, no tienes prisa, sabes que cualquier vaivén me enloquece...arañó la mesa, la bebeo y sales por completo solo para volverte a hundir en mi, una y otra vez, sin compasión...mi pubis golpea la mesa en cada arremetida, el golpeteo te excita

Y entonces me susurras al oido 

-ahora!

Y no necesito más, mi cuerpo estalla en mil pedazos abrazando desde dentro tu dureza, paras para sentir como palpita, como me desbordo en ti. Aullas a pinto de perder el control, sales y me vuelvo loca cuando tu lengua bebe de mi fuente...recorre una y otra vez, tus dedos se insinúan en la entrada, mi corazón, late a dos mil por hora y no puede frenarlo, se que no va a gustarte,  que no tenía permiso pero el placer mas absoluto vuelve a sacudir mis entrañas mientras succionas...



Continua

Tu mesa (1)

 Me miras sentado tras tu enorme mesa de despacho y con señas me indicas que me quieres entre tú y tu mesa. 

Me das la vuelta y se perfectamente lo que quieres, me inclino hasta poder agarrarme a los extremos más alejados y expuesta, sumisa y sin pudor, noto tu mirada en mi sexo cuando metes tus pies entre mis piernas y de un solo movimiento las separas...

Tus manos ahora en mis tobillos suben lento,  suave y desvergonzadas por la pantorrilla, el muslo y finalmente acaricias mi culo.

Un gemido se escapa entre mis labios y tu shhhh me hace reprimir el segundo,  me quieres callada...

Apenas noto la caricia que enciende un fuego entre mis piernas, me abres más y dos dedos recorren mi sexo hambriento  el esfuerzo de contener los gemidos me excita aún más y la humedad ya resbala por mis muslos cuando abandonas...

De nuevo tu casi imperceptible mano recorre mi culo, para y entonces el calor de tu azote seco recorre mi piel y el sonido excita mis sentidos, me muerdo los labios para no gritar cuando cae el segundo justo en el mismo sitio y pides que cuente.

1,2,3...sin prisas pero sin pausa tu mano hace arder mi piel en el mismo punto exacto...24,25... y cambias de punto, dándole al otro cachete el mismo trato severo cuando apenas puedo controlar la pasión entre los labios, aferrada a tu mesa y a tu entera disposición. 

Tuya soy ya y de todas tus perversiones...



Continua...

 

Un minuto