Un día llegarás
a ser tan maduro,
que volverás a leer cuentos,
y esta vez no los creerás,
porque hoy a golpes aprendiste
a diferenciar la realidad
de una ficción inventada
que acaba
al cerrar el cuento
o al abrir los ojos
Era tarde, no ibamos a vernos, tenias trabajo, pero llamaste y me diste la dirección de un lujoso hotel del centro. Me esperabas en el hall...
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