Lo primero que noto al despertar es que ya no estás en la cama y como un zombie sigo el olor a café. Desde la cocina, soplandole a mi taza, te busco en el salón, allí estás, en mi rincón favorito, la imagen que tantas veces soñé. Tú, sentado frente a la ventana. Fuera llueve, mientras escribes ausente, etéreo, impresionantemente bello.
Te giras, me ves, tu mirada resbala por mis pies descalzos, mis piernas desnudas y al final de mis muslos, mi sexo medio tapado, por una de tus camisetas, y sonríes antes de volver a lo que hacias.
Acabas de encender la cerilla, que prende mi hoguera, casi oigo mi ronroneo cuando ando hacia ti, y ya en tu espalda, te paso la taza, de la que das un sorbito y la dejas junto al folio cuando yo me agachó a besar tu nuca, a lamer tu cuello...
- tengo ganas de ti...otra vez.
Intentas girarte, pero te lo impido
- sigue a lo tuyo, ahora mando yo...
Continuará
Hermoso
ResponderEliminarGracias
EliminarWoww
ResponderEliminarGracias
EliminarQ lindo!
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