Nunca fui,
la mujer que buscabas,
Ni tú,
el hombre que soñé...
Porque entonces,
de entre mis pedazos,
no arrancó tu espejismo
en ningún insonmio,
al borde,
de todos mis abismos?
Le miro a los ojos y entonces una sensación desconocida recorre mi espalda y se que estoy a su merced, por el simple capricho del deseo. Su...
No hay comentarios:
Publicar un comentario