Pintaba a domingo de mañanita de paseo y tarde de peli, mantita y sofá...cuando sonó una notificación
*hola, sabes? Esta tarde estaremos cerquita, ha salido casi de repente y no te he dicho antes por no comprometerte, ya que apenas voy a estar unas horas.
Unos cuantos WhatsApp después nos despedimos entre lamentos.
Mientras comía no dejaba de darle vueltas a la situación y tome una arriesgada decisión que me llevó dos horas después a buscarle entre la gente de aquel lugar.
Le vi enseguida, serio, hablando entre mucha gente. Los nervios, el miedo y mil sensaciones se agolpaban dentro de mi, cuando se giró y me vio.
No aparte la mirada, pendiente a su primera reacción y entonces sonrío.
Salir corriendo tras verle como también había barajado, no era ya una opción y con la adrenalina que generó en mi esa sonrisa, me di la vuelta y con paso lento pero decidido fui hacia los baños del recinto. Abrí, me giré y vi que venía hacia mi. Me decidí por el de caballeros, entré y me metí en un cubículo, dejando la puerta entreabierta.
- no esperaba... empezó a decir
No había tiempo que perder, mientras hablaba desabroche su cinturón, metí mi mano y acaricié por primera su polla mientras nos deborabamos.
- joder, como me pones, zorra.
No necesitaba más aliento y me arrodillé a sus pies, liberé su polla ya dura y sin dejar de mirarle lamí toda su extensión, succioné la punta y volví a lamerla con avidez, mientras se la meneaba.
El metió la mano por el escote de mi jersey y apretó mi teta por encima de suje, luego metió la mano, la sacó y pellizcó mi pezón.
- deberías parar un poco -dijo su boca
Pero su mano no soltaba su presa, y con la otra me agarro del pelo atrayendome.
Le miré para dejarle claro que no iba a parar, moría por saborearearle y lejos de parar acelere, el gimió, soltó mi pecho, agarro mi cabeza con ambas manos, movió las caderas y pegando mi cara a su pubis, sin apenas poder respirar, se corrió en mi garganta.
Apenas podía tratar y su semen escurria por las comisuras, goteaba a mis pechos y yo seguía lamiendo, hasta la última gota.
- no pares, zorra, ahora sigue
Entonces me abofeteó por no haber parado y yo seguí lamiendo, mientras se bajaba el pantalón a los tobillos y se sentaba en el W.C. separé sus rodillas y lamí su ano, sus pelotas...le miré y dejé caer saliva, para seguir lamiendo, notando feliz como volvía a ponerse duro...
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