jueves, 21 de marzo de 2024

Tu mesa (3)

... Se que tras el placer vendrá el castigo a la desobediencia lo que no tengo claro del todo es de si es un castigo...

Me ordenas que me siente en la mesa, tras un movimiento brusco en el que apartas todo. Obedezo aún temblando miéntras colocas mis pies sobre tus rodillas tras sentarte.

-no vuelvas a correrte sin mi permiso

Y entonces vuelves a devorarme... tu boca salvajemente hambrienta no busca acariciar, tus dientes muerden mi carne...con la justa medida para no dañar, tu poder es mantener la.cordura dentro de la locura que es el sexo entre nosotros. Dueles, arde, humedecer y enloquezco, clavo mis uñas en la palma de mis manos intentando no moverme, no chillar y sobre todo controlar el placer que el dolor me produce cuando muerdes la cara interna de mis muslos y me abres para lamer, succionar y finalmente penetrar con dos, tres y cuatro dedos...

Tu lengua, tus dientes, tus dedos despiados hacen que suplique un por favor al que respondes con una negación. El tiempo se para cuando tus dedos húmedos de mi buscan otros huecos tras tu lengua, un dedo, un jadeo, dos, me retuerzos, sales y lames en círculos mi cueva más estrecha y de nuevo la asaltan con tus dedos, mientras tu boca repasa una y otra vez mis labios doloridos e hinchados.

Sacas los dedos, he oído el cajón y...es tu vela de la suerte empujando, llenando mi estrechez, despacio, hasta el fondo...

Te pones en pie y caen mis piernas, entra un poco más cuando tu polla penetra mi vagina encharcada...

-Por favor -sollozo-

Sonríes malévolamente y empiezas un vaivén descabellado, se nubla mi mirada, cada vez más dentro, sales casi por completo, entras ferozmente, siento la doble penetracion, me retuerzo, suplico...no se cuanto tiempo pasa, tus jadeos me enloquece, tiemblan, rodeo tus caderas, te atraigo, subo, me aferro y aullas vaciandote en mi mientras gritas un ahora, primer chorro, estallo, segundo y tercero gritamos al unísono mientras nos corremos, muerdo tu boca y tu me devuelves cada muerdo hasta no poder más...

Solo entonces sales, apenas te veo sentar entre la neblina y oigo tu voz a lo lejos...

-ven perrita, ya sabes cual es tu deber

Dices con voz ronca mientras me arrodillo entre tus piernas...


Continuará 

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